La importancia de la limpieza facial antes del maquillaje
Como todos los profesionales de la belleza saben, la limpieza facial es el paso imprescindible previo al maquillaje para preparar la piel. Y no solo eso, resulta una rutina esencial para preservar la belleza del rostro y conseguir una piel hidratada y luminosa. También es importante para retrasar el paso el tiempo y evitar las imperfecciones y puntos negros y controlar el exceso de grasa. De hecho, la limpieza facial consta como uno de los contenidos más detallados de nuestro Curso de Maquillaje y Caracterización para que los alumnos conozcan paso a paso las mejores técnicas para unos resultados óptimos.
Así, desde hace años la limpieza facial está considerada como un básico y así lo ha mostrado la industria cosmética con la venta de packs y productos limpiadores. Recientemente, esta rutina ha adquirido su máxima notoriedad gracias al boom de la belleza coreana en nuestro país. Según esta cultura oriental, la limpieza es el paso más importante para lucir una piel perfecta, casi de porcelana. Es el principio para que esta sea el lienzo idóneo para el tan deseado efecto buena cara y la base para aplicar posteriormente todo tipo de productos como tónicos, sérums, contornos, cremas y, finalmente, maquillaje.
Cuándo realizar la limpieza facial
Según los expertos, se debe limpiar la cara dos veces al día: por la mañana y por la noche. A primera hora del día porque durante la noche la piel libera grasa y, aunque no nos lo parezca, también acumula suciedad y por la noche, porque necesitamos limpiar y purificar la piel de todos los excesos del día, desde el maquillaje y los restos de cremas hasta el sudor o la contaminación.
Aunque la rutina de limpieza facial perfecta implica dos (o tres) pasos, no es necesario realizarla exactamente igual por la mañana y noche. De hecho, por la noche debe ser más intensiva ya que la piel está más sucia y cansada por el paso de todo el día.
Doble limpieza para preparar la piel
Antes de nada, cabe destacar que no todos los productos limpiadores son para todo tipo de pieles. Es necesario conocer nuestro rostro antes de decantarse por uno u otro. Así pues, no es lo mismo tener una piel grasa que seca, mixta, con acné o sensible. Conocer los ingredientes y composición de cada producto y saber si es adecuado para las necesidades de nuestro tipo de piel permitirá sacarle el máximo partido.
Dicho esto, la limpieza facial requiere dos pasos aunque algunos especialistas indican que deben ser tres si se aplican productos desmaquillantes específicos para ojos y labios. A pesar de que lo ideal es hacer la doble limpieza siempre, por la mañana puede realizarse solo uno de los pasos.
- El primer paso es retirar la suciedad y el maquillaje con un producto limpiador preferiblemente de base de aceite, que se aplica sobre el rostro seco y elimina suavemente cualquier resto que quede en el rostro. Si se prefiere se puede sustituir el limpiador de base aceite por una cleansing water y aplicarla delicadamente con un disco de algodón.
- El segundo paso es elegir un limpiador o desmaquillante de base de agua, que puede ser un gel o una espuma, y aplicarla dando un ligero masaje circular y aclarándolo con agua. Con esta segunda limpieza lo que se asegura es eliminar las impurezas y células muertas y que la piel quede perfectamente preparada para que los productos posteriores penetren y sean realmente efectivos.
Tras la doble limpieza facial llega el momento de productos como el tónico y la crema hidratante de día o de noche y, por supuesto, el maquillaje, que es lo último que aplicaremos.
Imagen de portada Colin Haslé vía Unsplash.
