Los vestidos, de la animación a la realidad
Millones de fans de todo el mundo pudieron disfrutar del estreno de la película más esperada del 2017: por fin el clásico de Disney tenía una adaptación a la realidad. La bella y la bestia trascendía la animación y llevaba a la gran pantalla a unos protagonistas de carne y hueso. La elección de Emma Watson como Bella despertó unas expectativas que aumentaban a medida que se acercaba la fecha de su lanzamiento. ¿Cómo sería su caracterización? ¿Y la de Bestia, Lumière o la taza Chip? Pero, sobre todo, ¿cómo iba a ser la escenografía física y el estilismo de La bella y la bestia? ¿cómo iba a ser en realidad el imitadísimo vestido de baile amarillo de Bella?
Toda estas preguntas encontraron respuesta en la película dirigida por Bill Condon, que llegó a ser nominada a dos premios Oscar, uno de ellos el Oscar al mejor vestuario a cargo de Jacqueline Durran. Y es que el trabajo de los diseñadores de vestuario de cine es esencial para dar forma a la historia en su contexto. De ello hablamos también en el curso de Dirección Creativa y Estilismo de Workshop Experience.
El mágico vestido amarillo de Bella
Desde que aceptó el encargo, Jacqueline Durran supo que ese estilismo del baile en el castillo iba a ser su gran reto. La diseñadora, que ya había trabajado en películas como Anna Karenina y Expiación (a ella le debemos el fabuloso vestido de satén verde lucido por Keira Knightley), necesitó un largo trabajo de investigación de siluetas y tejidos que se tradujeron en más de 12.000 horas de confección.
El vestido más icónico de Bella fue elaborado en organza teñida de amarillo, con falda de gran volumen y capas laterales que requirieron un total de 55 metros de tela. Rematado con filigranas de hilo dorado y más de 2.100 cristales de Swarovski bordados, el diseño se convirtió en toda una joya de coleccionista. No obstante, no fue en absoluto una réplica. La diseñadora constató que debía realizar un modelo original, que respetara lo que se esperaba de él pero sin restricciones: “si realmente hubiera realizado el vestido de la película de animación, hubiera sido bastante simple, plano y carente de detalles”, afirma Durran en una entrevista para Vanity Fair. Así, una de las diferencias más destacadas de esta nueva interpretación es la ausencia de corsé: “Emma Watson no quería estar encorsetada, quería ser una princesa moderna”, lo que además le facilitaba los movimientos en la escena.
Cuatro curiosidades del estilismo de La bella y la bestia
Además del vestido de baile el estilismo de La bella y la bestia nos ha dejado otras curiosidades que merece la pena descubrir.
- El vestuario creado para la protagonista se considera feminista. La ausencia de corsé y guantes, la presencia de bolsillos en el delantal y botines en lugar de manoletinas presentan pequeñas adaptaciones que no han pasado desapercibidas para los espectadores.
- El trabajo de estilismo de La bella y la bestia no se limitó solamente a los personajes principales. El equipo de Jacqueline Durran se encargó desde los atuendos de los campesinos a los vestidos de las 35 debutantes en el baile del príncipe.
- Las inquietudes de la diseñadora también le impulsó a apostar por tejidos orgánicos y colores naturales con un impacto medioambiental reducido. Colaboró con asociaciones ecologistas y logrando un vestuario que puede presumir de sostenibilidad.
- El estilismo del príncipe está de lo más trabajado con un corte sofisticado, bordados personalizados y miles de cristales. Unas prendas que se escanearon para su inserción en el personaje creado por ordenador.
Y hasta aquí este repaso por el estilismo de La bella y la bestia, una de las películas que enamoró a toda una generación y que ha podido volver a revivir su vestuario gracias a esta nueva adaptación.
