La fotografía en harry potter es absolutamente mágica, Como no podía ser de otra manera
El mundo fantástico de Harry Potter ha dado mucho de qué hablar desde que en 1997 se publicara el primer tomo de la archiconocida saga de J.K Rowling. De sus personajes e historias se ha exprimido casi todo, llegando incluso a convertirse en uno de los tema principales de los productos de merchandising hoy en día. Aun 10 años después de la publicación del último libro, sigue siendo una de las sagas más exitosas del mundo. Hoy en día la fotografía en Harry Potter nos sigue persiguiendo a muchos por su belleza.
Harry Potter no solo consiguió hacer famosa a su autora, sino que creó a su alrededor un multimillonario universo que tuvo como culmen absoluto la creación de un parque temático dedicado en exclusiva al joven mago y sus peripecias. Pero no solo eso, sino que encontramos documentales, merchandising, tiendas exclusivas de Harry Potter e, incluso, exposiciones de objetos únicos de la grabación de las películas. Un ejemplo de éste último caso lo tenemos en Madrid a partir del 18 de noviembre hasta el 18 de enero. Es algo parecido a lo que está ocurriendo con Juego de Tronos, fenómeno del que ya hablamos hace un tiempo.
Gran parte de la causa de este éxito -que no todo- es la productora estadounidense Warner Bros. Con las 8 películas (pues el séptimo libro se dividió en dos), el estudio americano consiguió transportar a millones de niños -y no tan niños- al colegio de magia y hechicería que nos hizo soñar a más de uno. Hay quien todavía anda esperando la carta de Hogwarts en la puerta de su casa. Los principales culpables de esta situación son, ni más ni menos, que los creadores de este mundo en la pantalla grande. La fotografía en Harry Potter ha plasmado a la perfección el mundo de los libros. Los directores de fotografía (6 para 8 películas), consiguieron trasladar la magia a los paisajes, los pasillos de edificios antiguos y callejones sinsentido del Londres mágico.
John Seale (primera película), Roger Pratt (segunda y cuarta), Michael Seresin (tercera), Slawomir Idziak (quinta), Bruno Delbonnel (sexta) y Eduardo Serra (séptima y octava) fueron los directores de fotografía en Harry Potter. Ellos fueron los encargados de llenar cada uno de los fotogramas de la película de magia.
Una cosa curiosa que le ocurre a Harry Potter es que, a medida que avanzan las películas, la imagen se vuelve más oscura. Esto puede ser un buen símil de los personajes: cuanto más tiempo pasa, más tenebroso es el mundo de J. K Rowling. John Seale empezó queriendo dar el mayor número posible de luz natural a las escenas. Por ello iluminó todo lo que pudo con velas y antorchas y utilizó cámaras Technicolor y Panavision con lentes anchas.
Roger Pratt, que sustituyó a Seale porque él estaba ocupado en otros proyectos, se encargó de dar a Harry Potter y la Cámara Secreta un toque más sombrío que, como ya hemos mencionado anteriormente, iba acorde con la evolución de los personajes y las historias. Cada uno de los directores de fotografía en Harry Potter fue dándoles a las películas un toque personal.
Seresin fue el encargado de la fotografía en Harry Potter y el Prisionero de Azkabán. Para la película recurrió a un corte naturalista, una paleta cromátoca menos saturada que en las pasadas películas y lentes aún más anchas. Con el regreso de Pratt para la siguiente película volvieron los tonos oscuros, lúgubres. Para esta película, Pratt utilizó lentes Cooke S4 Primes.
En la quinta entrega de la saga fue el polaco Slawomir Idziak quien sustituyó a Pratt. Idziak siguió la línea de las películas anteriores, llegando a ser considerado soso y “sin inspiración”. Precisamente por el tono sombrío de estas películas se pidió a Delbonnel en el siguiente filme que llenara de algo más de color la siguiente entrega de Harry Potter. Como curiosidad, esta es la única de las entregas nominada a un premio Oscar por su fotografía. Eduardo Serra fue el encargado de cerrar la saga más conocida de magia de la historia del cine.
Sin duda un trabajo que quedará para la historia, tanto que puede que se estudie en las aulas de Hogwarts en unos años.