Por qué el rojo está asociado a Moulin Rouge
A los pies de la colina de Montmartre, en 1889 abría sus puertas el cabaret más famoso del mundo: el Moulin Rouge. 130 años han pasado desde el primer espectáculo y sus aspas siguen girando en las noches parisinas. Rojas como el color que lleva su nombre, como el que protagoniza su decoración exterior e interior y como el que se aplicaba en sus primeros carteles publicitarios, firmados muchos por Toulouse-Lautrec. Pero, ¿por qué el color rojo para este establecimiento tan emblemático? Y ¿por qué el Barrio rojo de Ámsterdam o las zonas rojas en otras grandes ciudades del mundo? ¿Qué significa y por qué se asocia a este color tan concreto?
Tal y como exponemos en el módulo de Psicología del color, troncal para todas nuestras formaciones de maquillaje, los colores influyen en la percepción que tienen las personas respecto a cualquier ámbito, desde los espectáculos, el arte, la fotografía y la moda, hasta marcas y barrios o negocios, como es el tema del que hablamos en este artículo.
El significado del color rojo aplicado al Moulin Rouge
A finales del siglo XIX, el progreso industrial, las esperanzas de una vida mejor y la explosión de las artes, la pintura y la literatura hacen que las barreras sociales se rindan ante el desenfreno de la cultura popular. París es un hervidero de fiestas y reuniones sociales y el Moulin Rouge nace para concentrar esa escena escandalosa y llena de fantasía en torno a un nuevo espectáculo de lo más sensual y provocador: el cabaret.
Desde sus inicios, el color rojo lo invade todo, desde la fachada imponente llena de luces hasta el escenario, los cortinajes, sillones y vestidos de las bailarinas. El rojo crea un juego de luces gracias a los espejos de la sala que envuelve a los asistentes en un ambiente de cierta lujuria. Y es que, según la escritora alemana Eva Heller en su libro Psicología del color, el rojo es el color de las pasiones, las buenas y las malas. Para distinguir unas y otras, es necesario analizar el tipo de rojo y con qué otros colores está mezclado.
Por ejemplo, según la autora, el color rojo con un poco de negro simboliza el peligro y lo prohibido -como el rojo del semáforo o las señales de tráfico- y al que se añade un porcentaje de violeta o rosa, alude a la sexualidad y al erotismo. Este tono también corresponde a lo inmoral o por algo al diablo se le otorga esta tonalidad y las mujeres pelirrojas eran consideradas brujas…
Psicología del color: el rojo
El precursor de la psicología del color fue el científico y poeta Goethe en 1810 con su tratado Teoría de los colores en el que introdujo el concepto de subjetividad en la percepción de las tonalidades. Así, iba más allá de la interpretación física para vincular cómo vemos cada persona cada color. En este sentido, y mucho más recientemente, Eva Heller también añadió que las sensaciones que transmite cada tono son experiencias transmitidas a lo largo de los tiempos y las culturas. Y el color rojo es uno de los más antiguos a los que se asignó una simbología. De hecho, este color fue el primero al que el hombre puso nombre.
Por su vinculación al fuego y a la sangre, no suele haber dudas respecto a su significado universal íntimamente vinculado a las pasiones. Mientras que en China es el color de la suerte y la felicidad, en Occidente está íntimamente ligado al amor, al lujo (el color de la nobleza y de las barras de labios, por ejemplo), a la alegría y la excitación. El rojo es el color de la acción frente a otras tonalidades que invitan a la reflexión.
Así pues, no es de extrañar que el Moulin Rouge eligiera el rojo como su color, ni que marcas como Coca Cola y personajes como Cupido o Papá Noel se hayan apropiado de todas sus cualidades… tan intensas como apasionadas.