Aprende a sacarle el mayor partido a tus fotografías utilizando el color
Es muy habitual que, cuando compramos por primera vez una cámara fotográfica, pensemos que las imágenes que vamos a tomar de ahora en adelante dependerán de la cámara. Esto quiere decir que, si nos gastamos algo más de lo normal en el aparato, las imágenes que tomemos serán automáticamente buenas. Esta afirmación no podría estar más lejos de la realidad.
Por eso mismo, la mayoría de la gente acaba desilusionada al principio. Resulta que lo que ve no concuerda con lo que fotografía. Para ello, hay que saber dominar la técnica, aprender poco a poco y conseguir hacerse con el dominio absoluto de la cámara y lo que ella nos ofrece.
Uno de los elementos en fotografía que más aporta a las imágenes es el color. Desde que James Clerk Maxwell consiguiera tomar la primera fotografía permanente de este tipo en el año 1861, éste ha pasado a ser protagonista absoluto. Por supuesto, hoy en día sigue habiendo artistas que fotografían en blanco y negro, pero la tendencia es a retratar la realidad tal cual es: llena de color.
Controla tu cámara y aprende a usarla
Cuando vayas a realizar una instantánea y quieras que los colores destaquen, lo importante es que, en primer lugar, sepas cómo controlar tu cámara y realizar los ajustes necesarios. Para ello, o bien te has formado anteriormente, o bien vas a tener que aprender mediante la experiencia. En Workshop Experience puedes aprender todo lo que necesitas saber de la fotografía en general gracias al Curso Superior Universitario de Fotografía Profesional.
Si optas por la segunda opción puedes jugar con los ajustes del espacio de color y el balance de blancos. El balance de blancos no deja de ser la temperatura del color que va a tomar la cámara a partir del blanco. Por eso, si eliges jugar con ella puedes darle al blanco una tonalidad u otra y que la cámara tome como referencia esa temperatura de color. Es cuestión de experimentar con ello.
El color está unido al sentimiento
Porque no sirve sólo como un elemento estético, sino que connota ciertas sensaciones al espectador. Dependiendo del color que se emplee puede transmitirnos amor, violencia, tranquilidad…. Cada uno tiene una emoción asociada , por lo que hay que tener cuidado a la hora de utilizarlos. Si quieres destacar una emoción u otra, has de emplear diferentes tipos. Usa eso a tu favor para sacarle el mayor partido a tus imágenes.
Así, por ejemplo, el rojo es el más caliente dentro de la gama de cálidos y transmite pasión, amor o fuerza, pero también peligro, prohibición y violencia (no deja de ser el color de la sangre); el naranja estimula el esparcimiento, la vitalidad, la diversión y el movimiento (por eso muchas cadenas de comida rápida lo utilizan); el amarillo es el color de la luz del sol. Es alegre y brillante, provoca el buen humor. Al ser el color cálido más sutil, actúa como un energizante positivo pero también es vigoroso, agresivo; el verde es el color de la naturaleza y es hipnótico, anodino. Aparte, tradicionalmente representa la esperanza, el progreso, el crecimiento o la naturaleza.
Controla el color que predomina
Uno de los consejos que damos es que tengas cuidado a la hora de escoger el color predominante en tu foto. Una buena forma de retratarlo es que, aunque predomine, su presencia no sea excesiva.
Recuerda que la clave de una buena fotografía es la sencillez. Una imagen recargada en la que no sabes a dónde mirar suele resultar menos atractiva a un espectador. Por eso hay que eliminar los elementos que puedan distraernos como espectador. Y eso, con elementos muy coloridos, puede ser difícil.
El color suele ser lo que más llama la atención del espectador, y por ello es mejor reducir notablemente los colores demasiado llamativos. Esto significa que puedes hacer protagonista de tu imagen un elemento, por ejemplo, rojo, pero que no toda la imagen lo sea. Una chica con un jersey llamativo en una calle abarrotada de gente de colores fríos, un abrigo amarillo en un día oscuro de lluvia o un niño con unas botas rojas pueden ser ejemplos de fotografías en las que destaque el color sin excederse.
La luz es lo que hace al color existir
Otra de las cosas que deberías saber es que el color depende de la luz. Por ello, es importante que sepas modelar la luz y utilizarla a tu favor. La exposición que le des a tus imágenes darán como resultado diferentes tonalidades de color, más vivas o más apagadas. Todo fotógrafo tiene que enfrentarse, tarde o temprano, a la velocidad de obturación y el diafragma. Mejor hacerlo cuanto antes y saber lo que se hace. Podemos sacar imágenes en clave alta (donde la luz es más intensa) o en clave baja (donde hay más oscuridad). Cada una de ellas denotará una cosa u otra.
Círculo cromático y colores complementarios
Lo que resalta siempre un pintor es la importancia de dominar el círculo cromático. En fotografía no iba a ser menos. Es decir, saber la clasificación de los colores a partir de la combinación de rojo, verde, azul (o colores primarios en fotografía, que son distintos que en pintura).
Un consejo que suele darse es que te conozcas el círculo cromático para combinar colores complementarios (aquellos que se encuentran en la punta opuesta del círculo) que producen el mayor contraste visual posible. Un ejemplo perfecto de dominación del color es Wes Anderson, cuyas películas están llenas de colores complementarios y contraposición de color. No temas arriesgarte. No temas mezclar colores, siempre que no se trate de un despropósito y tengas en cuenta la paleta de colores. Prueba a mezclar colores cálidos y fríos, compensar la imagen.
Postproducción del color
En arte lo primero que te enseñan es a dominar el color, pues lo es todo. El tono, el brillo o luminosidad o la saturación (grado de pureza del color) también son muy importantes en fotografía. Por eso es bueno disparar en RAW. Esos ajustes pueden retocarse en el volcado de imágenes si disparas en este formato.
Con la saturación podemos aumentar la intensidad del color en nuestras fotografías, pero siempre con sensatez. A nadie le gustan las imágenes que dañan la vista o las que son claramente fruto de un retoque digital. Si lo que ocurre es que tenemos una fotografía demasiado apagada, siempre podemos recurrir al nivel de saturación con cuidado.
No te compliques la vida
Parte de la sencillez que te proporcionan los elementos cotidianos: las flores en sus macetas, la caja de lápices que tienes en tu habitación, el amanecer desde tu ventana, etc. No hay una hora concreta para resaltar el color. Cualquier momento es bueno para salir a la calle a arriesgar, para practicar con tu cámara.
La fotografía se aprende con la práctica, con los errores. Por eso muchas veces no es mala idea revisar lo que hemos hecho anteriormente y aprender de ello. Poco a poco vas sabiendo cómo deben hacerse las cosas y cómo no.
