La fotografía en España parece encontrarse, en la actualidad, en un momento único lleno de oportunidades
Mucho se habla últimamente de cómo de complicada está la situación laboral en España. Ciertamente, desde la llegada de la crisis a nuestro país allá por el 2009, el mercado de trabajo se ha ido precarizando cada vez más. Esto se aplica a prácticamente todas las profesiones, pero se acentúa aún más en las especializaciones artísticas dentro de las que encontramos la fotografía en España -no olvidemos que los primeros fotógrafos españoles eran, en su mayoría, pintores.
De esa forma la fotografía, se encuentra en un estado delicado -aunque no crítico- actualmente. Eso no significa que no exista trabajo, solamente implica que hay que enfocarlo desde un punto de vista completamente nuevo. Renovarse o morir parece ser el lema que más ha de asimilar un artista, y sobre todo a día de hoy que las nuevas tecnologías ofrecen infinidad de posibilidades.
Desde que se introdujera la fotografía en España (allá por 1839, cuando se tomó un primer daguerrotipo en Barcelona) ésta ha cambiado mucho. Por suerte hoy en día no se limita únicamente a fotografía de paisajes y retratos, como se hacía antiguamente. Existen hoy tantas posibilidades en el mundo de la fotografía que es necesaria una especialización concreta si quieres destacar. Sin embargo, algunas de estas ramificaciones de la fotografía se encuentran más afectadas por la crisis que otras.
En cuanto a la fotografía editorial hemos comentado en artículos anteriores que se trata de un mundo competitivo en la que has de ajustar tu estilo a las necesidades de las marcas. Es un mundo exigente, pero no imposible. Existe hoy en día una gran demanda para aquellos que han conseguido, de una u otra forma, encontrar su lugar y su estilo. En nuestro país tenemos grandes profesionales de la fotografía editorial como Miguel Reveriego o Gorka Postigo. Se necesita constancia, aprendizaje y un conocimiento del mundo de la moda que permita seguir creando e innovando, mientras se consiguen las mejores portadas.
Pero, si la fotografía editorial no te convence, otra de las especializaciones con una demanda cada vez más creciente es la de fotografía de bodas. Son cada vez más las parejas españolas que deciden inmortalizar este momento tan especial de la mano de un fotógrafo profesional. En España, además, contamos con posibilidades impresionantes de localizaciones mágicas y luz natural que pueden convertir una sesión de este tipo en algo absolutamente impresionante. Quien diga que la fotografía de bodas es aburrida o carece de dificultad está muy equivocado, se trata de una disciplina como otra más que hay que llegar a estudiar.
Y así como esta especialización crece cada vez más, lo hace también la fotografía newborn. Se trata de un tipo de fotografía que en España no es tan conocido como los dos anteriores pero que parece encontrarse en un estado de creciente demanda. Si deseas ser un pionero de este tipo de fotografía en España deberás aprender a tratar con tus clientes y, sobre todo, con tus modelos.
El fotoperiodismo, sin embargo, se encuentra cada vez más amenazado. Ya sea por las nuevas tecnologías -y el denominado periodismo ciudadano– o por la situación actual en España de los grandes medios de comunicación encontramos que el fotoperiodismo está cada vez más dañado. Sin embargo, los medios digitales, así como la globalización, facilitan que sea más fácil acceder a contactos extranjeros, así como a publicar en algún medio joven.
Si bien es verdad que a España le queda todavía un largo camino para convertirse en uno de los países con mayor demanda de fotógrafos, la situación parece mejorar con respecto a años anteriores. Lo importante en este mundo es, por supuesto, saber lo que haces, encontrar tu marca personal y conseguir proyectarla para darte a conocer. Se elija la especialidad que se elija ha de ser algo que te apasione, que te permita seguir creciendo -e incluso saltar al panorama internacional- y, sobre todo, que te llene. La vida de un fotógrafo no siempre es sencilla, pero si lo haces bien merece realmente la pena.